Días pasados, armando un diccionario, cuerpo me pareció una buena entrada.
Cuerpo: Eso que nos contiene.
Por estos tiempos jugar
con decir “la” cuerpo, me gusta.
Esta es la cuerpo que me
contiene.
Yo pongo la cuerpo cuando
hago cosas amadas. O des amoradas.
Cuido la cuerpo mía, es la
única que tengo.
Y, me siento distinta.
Esa pequeña rareza delante de cuerpo y me siento con otras, en círculo, de la
mano, después de la cintura, después abrazadas, después mirándonos a los ojos.
“El cuerpo es una envoltura. Sirve para contener lo que hay que
desenvolver”.
“El cuerpo es una prisión o un dios”.
“Un lunar, en lugar de manchar la piel, hace resaltar
su blancura”.
Ay, Jean Luc Nancy, tendría que haberte leído antes.
"El cuerpo no para de sentir"
Si lo sabremos las seres humanas. Sentir, sentir, sentir.
Queda otra salida? Por suerte, no.
Caminar con nuestras cuerpos y el final de un sendero festivo, áspero y embrujado nos esperará y susurrará...llegaste.
Y vernos vivas.
Como la Caperucita de "El pequeño libro rojo" – niña que sí puso la cuerpo y cómo – que priorizó los sentires de su cuerpo, desacralizó los mandatos y salvó su vida y la de su abuela.
Y hablando de linajes femeninos esta "Madre" encarna y ofrenda las pasiones más silvestres e indomables de su cuerpo, a su hija y a su hombre.
- si hacés click sobre la imagen leerás su texto -.
"Mi madre
tiene en el corazón
una loba
hecha un ovillo.
Que a veces la arrastra
a bailar y a cantar
en los bosques oscuros".
Por más danzas de madres, hijas, abuelas, nietas, hermanas, amigas, compañeras...abriendo nuestras cuerpos al Amor salvaje de sentirnos.
*"El pequeño libro rojo" Philippe Brasseur. Océano.
*"Madre" Servant y Houdart. Libros del Zorro rojo.